El 20 de noviembre, se recuerda el Aniversario de la "Guerra del Paraná" que diera lustre a nuestra Patria con los distintos hechos que marcaron significativamente nuestro pasado. Por eso el 20 de noviembre, aniversario del combate de Vuelta de Obligado, es para los argentinos desde hace muchos años el "Día de la Soberanía".
Allí el 20 de noviembre de 1845 en las costas del Río Paraná, se batieron con alma y vida las tropas argentinas hasta quedar sin munición, y vencidos por la superioridad de las fuerzas invasoras, con armas de alta tecnología como los nuevos "barcos de guerra a vapor" y los cañones estriados de carga posterior. La Flota Inglesa al mando del Almirante Inglefield y la francesa al mando del almirante Lainé. Después del bombardeo y al desembarco, las cargas de bayoneta se repitieron y los principales jefes argentinos fueron heridos en combate. Los gritos de Viva la Patria se repetían y en medio del combate, la banda de Música del Regimiento Nº 1 de Patricios por orden del General Lucio Norberto Mansilla, tocó el Himno Nacional Argentino, coreado a gritos de rabia por los bravos que defendían la posición. Por eso el 20 de noviembre, recordamos en nuestra Patria, el 160º Aniversario del Día de la Soberanía Nacional ".
El Dr. Sabino O´Donnell, a quienes algunos consideran nuestro primer cronista de guerra, deja un valioso testimonio sobre el combate:
“Hoy he visto lo que es un valiente. Empezó el fuego a las 9 y media y duró hasta las 5 y media de la tarde en las baterías, y continúa ahora entre el monte de Obligado el fuego de fusil (son las 11 de la noche). Mi tío ha permanecido entre los merlones de las baterías y entre las lluvias de balas y la metralla de 120 cañones enemigos.
Desmontada ya nuestra artillería, apagados completamente sus fuegos, el enemigo hizo señas de desembarcar; entonces mi tío se puso personalmente al frente de la infantería y marchaba a impedir el desembarco, cuando cayó herido por el golpe de metralla; sin embargo se disputó el terreno con honor, y se salvó toda la artillería volante.
Nuestra pérdida puede aproximarse a trescientos valientes entre muertos, heridos y contusos; la del enemigo puede decirse que es doblemente mayor; han echado al agua montones de cadáveres (...)
Esta es una batalla muy gloriosa para nuestro país. Nos hemos defendido con bizarría y heroicidad”
Lucio Norberto Mansilla (1792-1871). Acuarela de C.E.Pellegrini. Museo Histórico Nacional.
Al día siguiente de la batalla llegarían los doctores Mariano Martínez y Claudio Silva, del Hospital del cuartel de Santos Lugares, enviados por Rosas. Sostendrán una junta médica con O´Donnelll y con el doctor Mariano Marenco y el profesor Cornelio Romero. El informe a Palermo, fué el siguiente:
“El doctor D. Sabino O´Donnell que había asistido al Sr. General desde los primeros momentos, nos hizo la historia de los accidentes que había sufrido y los medios que había empleado para evitar perniciosas consecuencias. El Sr. General Mansilla recibió en la tarde del 20 un golpe de metralla (la que hemos visto y pesa más de una libra) en el lado izquierdo del estómago, sobre las distintas costillas, y según hemos reconocido, ha sido fracturada una de estas. Cayó sin sentido, sufrió por muchas horas desmayos, vómitos, y otros molestos accidentes que fueron calmando gradualmente; se le ha aplicado un vendaje apropiado para remediar la fractura de la costilla, y se emplean los medios que aconseja el arte”
Fue una honrosa derrota de las Fuerzas de la Confederación Argentina , pero no fue el fin de la Guerra. La victoria de las Fuerzas Navales Franco-Inglesas fue un gran problema, porque forzaron el paso del Río Paraná y dominaron todo el río, para proteger sus buques mercantes, pero no podían avanzar tierra adentro fuera de las costas, comerciando con sus cien buques cargados de mercaderías en los principales puertos de la Mesopotamia , el Paraguay y el Uruguay. Pero el sentimiento de toda la Nación Argentina se oponía a ello.
Soberanía Nacional que defiende el Brigadier Juan Manuel de Rosas, por la ambición desmedida de los Gobiernos de Gran Bretaña, de Francia y del Imperio de Brasil. Oportunidad donde se deshace: el proyecto de independizar la Mesopotamia (gestionado por los interventores extranjeros en el tratado de Alcarás, entre Urquiza y Jefes unitarios. Se termina la intervención naval Anglo-Francesa. Y poco después, el 13 de julio de 1846, Sir Samuel Tomás Hood, con plenos poderes de los gobiernos de Inglaterra y Francia, presenta humildemente ante Rosas "el más honorable retiro posible de la intervención naval conjunta". Que el Restaurador de las Leyes lo haría pagar en un bien ganado "precio de laureles". Donde finaliza la posibilidad de Intervenir al Paraguay, y que el Uruguay pase a ser una colonia francesa.
Vuelta de Obligado (20 de nov. de 1845)
Corte de las cadenas por parte del Firebrand
Imágen de impresión británica de 1897
Previamente las potencias europeas se habían desligado del Imperio de Brasil y no le permiten intervenir en la contienda y las "utilidades comerciales" del ambicioso proyecto. Teniendo que definir la ocupación definitiva de las Misiones Orientales recién después de Caseros, con la colaboración de Urquiza, cuando derrotan al Gral Oribe en el Uruguay primero y a Rosas en la Confederación Argentina.
El anciano General San Martín desde Francia envió una carta a Rosas el 11 de enero de 1846, donde le escribía sobre: "...la injustísima agresión y abuso de la fuerza de la Inglaterra y de la Francia contra nuestro país...". Tal fue su sentimiento que en carta anterior a la contienda, ofreció su espada y que se subordinaba a Rosas para combatir al enemigo que acechaba y atacaba a nuestra Patria. (Ver Rosas y San Martíin durante la agresión anglo-francesa)
El fin de la Guerra del Río Paraná se logró luego de la derrota de los invasores el 4 de Junio de 1846 en el combate en "El Quebracho", lo que llevaría al cese de las hostilidades por parte de Gran Bretaña y luego Francia y el posterior reinicio de las relaciones comerciales y amistosas con la Confederación Argentina , y con el Brigadier General Juan Manuel de Rosas, defensor de la Soberanía Nacional.
San martin y el Bloqueo anglofrances.
Un prominente comerciante inglés, Jorge Federico Dickson, dirigió una respetuosa carta al Gral. San Martín requiriendo su opinión sobre la invasión anglofrancesa al Río de la Plata, sabiendo el comerciante que la opinión del Libertador, reconocido militar americano autoexiliado en Europa, tendría enorme influencia en las legislaturas de ambos países agresores y en la opinión pública, y desalentaría las intenciones de los más belicistas (en noviembre ya se había producido la guerra del Paraná y se temía una invasión terrestre). San Martín no perdió el tiempo y le contestó a dicho comerciante el 28 de diciembre de 1845 con el siguiente análisis:
“...Bien es sabida la firmeza del carácter del Jefe que preside la República Argentina...con siete u ocho mil hombres de caballería...fuerza que con gran facilidad puede mantener el General Rosas, son suficientes para tener en un cerrado bloqueo terrestre a Buenos Aires, sino también impedir que un ejército europeo de 20.000 hombres, salga a más de treinta leguas de la capital, sin exponerse a una ruina completa por falta de recursos, tal es mi opinión y la experiencia lo demostrará a menos (como es de esperar) que el nuevo ministro inglés, no cambie la política seguida por el precedente...”.
Esta carta a Dickson, como era de esperar, provocó un gran revuelo. En carta a Guido del 10 de mayo de 1846 le expresa:
“...ya sabía la acción de Obligado, de todos los interventores habrán visto por este echantillon que los argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que el abrir la boca...”
VUELTA DE OBLIGADO
(Miguel Brascó - Alberto Merlo)
Noventa buques mercantes,
veinte de guerra,
vienen topando arriba
las aguas nuestras.
Veinte de guerra vienen
con sus banderas.
La pucha con los ingleses,
quién los pudiera.
Qué los parió los gringos
una gran siete;
navegar tantos mares,
venirse al cuete,
qué digo venirse al cuete.
A ver, che Pascual Echagüe,
gobernadores,
que no pasen los franceses
Paraná al norte.
Angostura del Quebracho,
de aquí no pasan.
Pascual Echagüe los mide,
Mansilla los mata.
"Guerra del Paraná" por la Soberanía Nacional
Batalla de Vuelta de Obligado.
En enero de 1845 Francia e Inglaterra deciden la intervención militar a la Confederación Argentina , y que debían adoptar la insólita forma de una impuesta "mediación" forzosa.
Gran Bretaña designó como "mediador" a Sir William Gore Ouseley, quien fue el primero en partir en el vapor de guerra "Firebrand". Francia nombró al Barón Deffaudis, partidario del Ministro Thiers y de brillante actuación en México cuando el conflicto con Francia de 1838. Ouseley llegó a Montevideo el 27 de abril de 1845 y algo después arriba Deffaudis al Plata. Los "mediadores" se apoyaban en imponentes escuadras navales de guerra. La Inglesa al mando del Almirante Inglefield y compuesta por nueve buques a vela y tres vapores de guerra, con 136 cañones último modelo estriados y de retrocarga "Peysar".
La Francesa al mando del Almirante Lainé, se componía de 3 grandes fragatas, cinco corbetas y bergantines a vela y dos vapores de guerra, con 282 cañones-obuses estriados y de retrocarga "Paixhans" que disparaban balas de 80 libras.
El 12 de mayo Ouseley, presentó una nota amenazante al gobierno de Buenos Aires, reclamándole el cese de la guerra en la Banda Oriental y el retiro de tropas y fuerzas navales.
El 17 de junio ambos comisionados ordenaron la inmediata suspensión de hostilidades en el Uruguay.
El 21 de Julio los ahora "interventores" presentan un "ultimátum" a Rosas. Conceden 10 días para el retiro de tropas argentinas y el retiro de los barcos de Brown de Montevideo.
El 22 de julio la marinería anglo-francesa desembarca en el Uruguay para reforzar las defensas de Montevideo.
El 2 de agosto la Flota Naval franco-inglesa captura la escuadra de río del Alte Brown, quien había recibido órdenes expresas de "evitar todo incidente y no abrir el fuego".
Era la guerra disfrazada de mediación.
Ante ese hecho Juan Manuel de Rosas elevó los antecedentes a la Legislatura de Buenos Aires, que lo autorizó "para resistir la intervención y salvar la integridad de la patria". Ouseley y Deffaudis recibieron pasaportes para salir de Buenos Aires. La guerra había empezado.
El 30 de agosto, después del bloqueo naval de los puertos del General Oribe, Colonia del Sacramento es saqueada por Garibaldi y los mercenarios extranjeros contratadas por los unitarios. El 5 de setiembre le toca el turno a Martín García, el 20 a Gualeguaychú y a fines de octubre a Salto. Sólo Paysandú resistió los embates del aventurero italiano y evitó su saqueo y depredación.
El 13 Rosas suspende los pagos de los bonos de la deuda externa (incluidos los pagos a la Casa Baring Brothers de Londres).
El 17 de octubre Rosas ordena al embajador argentino en Londres Dr Manuel Moreno que reclame enfáticamente y si no tiene respuesta satisfactoria que exija sus pasaportes.
El 18 se concreta el bloqueo naval de todos los puertos argentinos.
El restaurador logra el apoyo del cuerpo diplomático extranjero en Buenos Aires, incluso del francés M. Mareuil, y de unos 15 mil residentes galos y británicos, que firman un petitorio solicitando la No intervención.
El 20 de octubre Sir William Gore Ouseley informa al Foreing Office sobre: "El reconocimiento del Paraguay como nación Independiente, conjuntamente con el posible reconocimiento de Entre Rios y Corrientes y su erección en Estados Independientes, asegura la navegación del río Parana y del río Paraguay" (John F. Cady – "La intervención extranjera en el Río de la Plata " – Ed Losada.)
El 23 se retira del país el embajador francés (firmante del petitorio a favor de Rosas)
Los "interventores" recibieron refuerzos en barcos y en hombres, al llegar el Regimiento Británico Nº 45 y muy pronto tras la Flota Naval Conjunta, se reunieron más de 90 navíos con mercaderías de diversas banderas, listos para vender en el litoral y en el Paraguay.
Para el desembarco los ingleses recibieron 600 infantes de marina y los franceses 200. También sumaron una Batería de cohetes a la Congreve. Y comenzaron la navegación, por el río Paraná. "
La defensa de la "Vuelta de Obligado":
El Brigadier Gral Juan Manuel de Rosas, ordena organizarla sobre el río Paraná en el lugar denominado Vuelta de Obligado (San Pedro), donde las fuerzas al mando del Gral Lucio Norberto Mansilla habían fortificado la costa y colocado una fila de chalupas y pontones sosteniendo gruesas cadenas de costa a costa, para impedir el paso de los buques.
De buques de guerra se habían desmontado los cañones para la defensa, eran 5 baterías con un total de 30 cañones antiguos, lisos y de avancarga, con balas de calibres de 8 a 20 libras servidas por 100 artilleros al mando del Capitán de marina Thorne y lo protegían tropas de Infantería y de caballería para repeler posibles desembarcos.
El Regimiento Patricios al mando del Coronel Rodríguez, la caballería a cargo del Coronel Santa Coloma, los cuerpos de milicias rurales al mando del Tte Facundo Quiroga (el hijo del Tigre de los Llanos), fueron los más destacados.
El 20 de noviembre el combate comenzó a las 8 de la mañana con intenso fuego de artillería desde los buques, los cañonazos se confundían con los gritos del paisanaje a órdenes de Mansilla, con vivas y cantos a la Patria.
La Banda militar de Patricios toca los compases del Himno Nacional que es coreado a grito pelado, mientras las muerte los rodeaba. A la tarde comenzó el desembarco de los invasores. Fueron quedando sin municiones y destruídas las baterías. La pelea se prolongó hasta caer la tarde y con lucha cuerpo a cuerpo, con contraataques de la caballería. Derrocharon heroísmo, dejando a sus jefes heridos, con 250 muertos (incluído el Héroe de la recuperación de Malvinas y Soldado de Patricios, el "gaucho" Antonio Rivero), y 400 heridos de un total de 2.160 combatientes criollos.
El parte de Batalla del Jefe Francés Trehouart a su gobierno, es el mejor homenaje e los héroes argentinos, que dice: "Siento vivamente que esta gallarda proeza, se halla logrado a costa de tal pérdidas de vidas, pero considerando la fuerte oposición del enemigo y la obstinación con que fue defendida la plaza, debemos agradecer a la Divina Providencia que no haya sido mayor".
Mientras el Almirante inglés Inglefield, en su informe de guerra lo califica, "Bizarro hecho de armas, desgraciadamente acompañado por mucha pérdida de vidas de nuestros marinos y desperfectos irreparables en los navíos. Tantas pérdidas han sido debidas a la obstinación del enemigo", informa a la Corona Inglesa el bravo marino.
Al amanecer del día siguiente continuaron su navegación por el Paraná. Los buques de guerra atacantes sufrieron serias averías y de los 90 mercantes que acompañaban la Flota , solo 52 pudieron pasar de inmediato, por el paso forzado. Comerciaron libremente con Entre Ríos, Corrientes y el Paraguay pero no estuvieron tranquilos, siendo atacados en forma contínua desde la costa.
"La Guerra del Paraná" se desarrolla, con los combates del 2 de enero de 1846 , el "2do encuentro de Vuelta de Obligado" con los argentinos al mando de Thorne, con artillería volante y lanceros de caballería que enfrentan el desembarco de 300 infantes de marina al mando del Cap Honthan, que continuará con los combates de "Tonelero" , "Acevedo" , "San Lorenzo" y la "Angostura del Quebracho", donde el 4 de junio de 1846 el Gral Mansilla los enfrenta nuevamente, desde las barrancas del Quebracho, al norte de San Lorenzo, logrando una aplastante victoria argentina, que significa el fin de la aventura colonialista.
"Obligado" fue para Inglaterra y Francia, una victoria militar y una grave derrota política y comercial.
Juan Bautista Thorne.
Consecuencias de la Guerra :
El Brigadier Juan Manuel de Rosas, defiende la Soberanía Nacional ante la ambición desmedida de los Gobiernos de Gran Bretaña, de Francia y del Imperio de Brasil.
Se opone e impide con las fuerzas que dispone, que las potencias realicen la "libre navegación" de los ríos interiores de la Confederación Argentina. Que las Grandes Naciones no puedan comerciar libremente con las Provincias Mesopotámicas, sin pagar impuestos ni hacer Aduana.
Hasta Caseros, la Confederación Argentina no reconoció la Independencia del Uruguay y del Paraguay, la incorporación de las Misiones Orientales al Imperio del Brasil y la anexión del Brasil de grandes extensiones de territorio del Norte de Uruguay. ( ex -Misiones Jesuíticas gobernadas desde Buenos Aires antes y durante el Virreynato del Río de la Plata – "Los 30 Pueblos Jesuitas" )
Finaliza el proyecto "secreto" de independizar la Mesopotamia gestionado por los interventores de Francia e Inglaterra en el "Tratado de Alcarás", y firmado entre Urquiza y las Provincias mesopotámicas con acuerdo con los Jefes unitarios exiliados en el Uruguay y Brasil. (Tratado que Rosas rechaza terminantemente)
Se termina la intervención de las Fuerzas navales anglo-francesas, y poco después, el 13 de julio de 1846, Sir Samuel Tomás Hood, con plenos poderes de los gobiernos de Inglaterra y Francia, presenta humildemente ante Rosas:"el más honorable retiro posible de la intervención naval conjunta".
El Restaurador de las Leyes les haría pagar a los agresores con un precio bien ganado, "en honores y laureles":
- El fin del Bloqueo Naval de Francia e Inglaterra a los puertos argentinos.
- Devolver la Flota Argentina capturada.
- Devolver la Isla Martín García.
- Saludar la Bandera Argentina con 21 cañonazos, por parte de cada una de las Flotas intervinientes.
- Reconocer la Soberanía Argentina y la no navegación de los ríos interiores.
Finaliza la posibilidad de Intervenir al Paraguay, y que el Uruguay pase a ser una colonia francesa. Las potencias europeas alejan la posibilidad de la ingerencia del Imperio del Brasil.
Es el momento del máximo poder interno y de la admiración de los pueblos de América y de Europa, hacia el Brigadier General don Juan Manuel de Rosas.
"A aquellos argentinos que por un indigno espíritu de partido se unan al extranjero para humillar a su Patria y reducirla a una condición peor que la que sufríamos en tiempo de la dominación española; una tal felonía ni el sepulcro la puede hacer desaparecer." (Carta de San Martín a Rosas. 10 de Junio de 1839). Entre los referidos extranjeros estaba Mitre, que peresenció la batalla desde un buque de la flota anglo-francesa
En marzo de 1849, Rosas contestó una carta al Libertador en los siguientes términos:
"Nada he tenido más a pecho en este grave y delicado asunto de la intervención, que salvar el honor y dignidad de las repúblicas del Plata, y cuando más fuertes eran los enemigos que se presentaban a combatirlas, mayor ha sido mi decisión y constancia para preservar ilesos aquellos queridos ídolos de todo americano. Usted nos ha dejado el ejemplo de lo que vale esa decisión y no he hecho más que imitarlo.
Todos mis esfuerzos siempre serán dirigidos a sellar las diferencias existentes con los poderes interventores de un modo tal que, nuestra honra y la independencia de estos países, como de la América toda, queden enteramente salvos e incólumes."
(Juan Manuel de Rosas).